jueves, 4 de julio de 2013
domingo, 30 de junio de 2013
Hubo un momento
Hubo un momento en el que creías que la tristeza sería eterna; pero volviste a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar.
Hubo un momento en el que dejaste de creer en el amor; y luego apareció esa persona y no pudiste dejar de amarla cada día más.
Hubo un momento en el que la amistad parecía no existir; y conociste a
ese amigo que te hizo reír y llorar, en los mejores y en los peores
momentos.
Hubo un momento en el que
estabas seguro que la comunicación con alguien se había perdido; y fue
luego cuando el cartero visitó el buzón de tu casa.
Hubo un momento en el que una pelea prometía ser eterna ; y sin dejarte ni siquiera entristecerte terminó en un abrazo.
Hubo un momento en que un examen parecía imposible de pasar ; y hoy es un examen más que aprobaste en tu carrera .
Hubo un momento en el que dudaste de encontrar un buen trabajo; y hoy puedes darte el lujo de ahorrar para el futuro.
Hubo un momento en el que sentiste que no podrías hacer algo; y hoy te sorprendes a ti mismo haciéndolo.
Hubo un momento en el que creíste que nadie podía comprenderte; y te
quedaste boquiabierto mientras alguien parecía leer tu corazón.
Así
como hubo momentos en que la vida cambió en un instante, nunca olvides
que aún habrá momentos en que lo imposible se tornará un sueño hecho
realidad.
Nunca dejes de soñar, porque soñar es el principio de un
sueño hecho realidad.
Recuerda "todo lo que sucede, sucede por una razón"...
sábado, 22 de junio de 2013
Qué es un líder?
Un líder es una persona emprendedora que tiene ciertas cualidades y características para guiar a sus seguidores hacia la meta.
1. Carácter. El carácter es uno de los mejores activos en el liderazgo. Si quieres ser bueno, así como líder efectivo, anímate a nutrir tu carácter, cubrir y proteger tu persona y su reputación!
James Legget una vez dijo, "la reputación se hace en un momento. El carácter se construye en una vida”.
2. Afirmación. El líder debe y tiene que entender que sus miembros tiene una necesidad innata de ser tratados como un ser humano, un ser especial, que se valoran más. Tomas Carlyle le recuerda que "Un gran hombre demuestra su grandeza por la forma en que trata a los hombres."
3. Evite criticar. Un líder eficaz verdadero no tiene tiempo en criticar, burlarse, así como insultar a las personas por sus errores y fracasos. Están muy ocupados en la mejora de sí mismos y ayudando a los humildes.
4. Aprenda a controlar su temperamento. Un gran líder verdadero sabe cómo manejar su temperamento, así como su lengua en los tiempos del período de erupción volcánica. Recuerde siempre esto, la gente pierde su honor y el respeto, si usted se calienta!
5. Trabajo en equipo. Es la esencia, así como mejores ingredientes en el liderazgo. Andrew Carnegie, el autor del libro Cómo ganar amigos y gente influenciada afirmó "Es un paso importante en su desarrollo cuando te das cuenta de que otras personas pueden ayudarte a hacer un mejor trabajo y después pueda hacerlo solo".
6. Seguidor. Un líder no puede ser calificado para ser llamado líder sin seguidores. Para que pueda convertirse en un verdadero gran líder eficaz, debe aprender a ser un seguidor también! Alentar, motivar, educar y formar a sus rebaños a convertirse en grandes líderes también, en el futuro. Recuerde siempre esto, la gente se olvida de lo que dijo, la gente olvida lo que hizo... pero la gente nunca va a olvidar cómo los hiciste sentir!
7. Visión. Para ser un líder eficaz debe tener siempre una visión de su grupo o sus miembros. La Palabra de Dios, exclama: "Sin visión la gente perecerá". Así que recuerda, los verdaderos líderes eficaces son visionarios!
8. Riesgo. Los verdaderos grandes líderes efectivos no tienen miedo de correr riesgos. Stan Toler felicitó a "los líderes que están dispuestos a pagar un precio. Están dispuestos a cambiar lo que tienen por lo que podrían ganar. Están más motivados por la perspectiva de éxito que por el miedo al fracaso. Son aventureros. No están dispuestos a permanecer en el sofá”.
9. Motivación. Es verdad que grandes líderes estaban ocupados en la motivación, así como inspirando a la gente. Stan Toler argumentó, "Los mejores líderes son aquellos que pueden inspirar a otros para llegar a algo más grande que ellos mismos".
10. Desinteresado. Los grandes líderes no eran egoístas. Ellos están listos y abiertos entregado, ayudando a sus rebaños en el tiempo de las necesidades. Recuerde que esto querido lector, usted deberá pasar por este mundo, por tanto, cualquier bien que pueda hacer o cualquier bondad que pueda demostrar a cualquier ser humano, permítase hacerlo ahora. No aplazar nada, porque no pasaré por este camino de nuevo!
11. Construir un mejor servicio. Los grandes líderes están ocupados en la mejora continua de su actitud, carácter, talento, habilidades, así como en la relación con otras personas. No están perdiendo su tiempo para el ocio. Cada minuto es importante para ellos.
miércoles, 27 de marzo de 2013
EL TRABAJO DE MI MADRE
Un joven con un récord académico excelente fue a solicitar un puesto directivo en una gran empresa.
Pasó la primera entrevista, el director hace la última entrevista, y es quien toma la decisión final.
El director descubrió, a partir del análisis del Curriculum Vitae, que los logros académicos del joven fueron excelentes en todo momento, desde la escuela secundaria hasta la investigación de postgrado, nunca había tenido un año en el que no obtuvo excelentes calificaciones.
El director le preguntó: "¿Obtuviste alguna beca en la escuela?" el joven respondió "ninguna".
El director le preguntó: "¿Fue tu padre quien pagó los honorarios de tu escuela?" El joven respondió: "Mi padre falleció cuando tenía un año de edad, fue mi madre la que pagaba todo".
El director le preguntó: "¿Dónde trabaja su madre?" El joven respondió: "Mi madre trabajaba lavando y secando ropa. El director pidió al joven mostrar sus manos. El joven mostró un par de manos lisas y perfectas.
El director le preguntó: "¿Alguna vez ha ayudado a su madre a lavar la ropa antes?" El joven respondió: "No, mi madre siempre quiso que yo estudiara y leyera más libros. Además, mi madre puede lavar la ropa más rápido que yo".
El director dijo: "Tengo una petición. Al volver hoy, vaya y limpie las manos de su madre, y luego venga a verme mañana por la mañana".
El joven sintió que su oportunidad de conseguir el trabajo era muy alta. Cuando regresó, felizmente pidió a su madre para limpiarle las manos. Su madre se sentía extraña, feliz, pero con sentimientos encontrados,y mostró finalmente sus manos a su hijo.
El joven comenzó a limpiar las manos de su madre poco a poco. Sus lágrimas cayeron a medida en que lo hizo. Era la primera vez que se daba cuenta de que las manos de su madre estaban tan arrugadas, y con tan numerosas callosidades y contusiones. Algunos eran tan dolorosos que su madre se estremeció cuando los limpió con sólo agua.
Esta fue la primera vez que el joven se dio cuenta de que era este par de manos que lavan la ropa todos los días, lo que hacía posible pagar la cuota de la escuela y la universidad. Los moretones en las manos de su madre fueron el precio que pagó por su graduación, por su excelencia académica, y su futuro.
Después de terminar la limpieza de las manos de su madre, el joven lavó toda la ropa restante.
Esa noche, madre e hijo hablaron durante un tiempo muy largo.
A la mañana siguiente, el joven fue a la oficina del director.
El Director notado las lágrimas en los ojos del joven, le preguntó: "¿Puede usted decirme qué ha hecho y qué aprendió ayer en su casa".
El joven respondió: "Yo limpié las manos de mi madre, y también terminé de lavar toda la ropa que aun quedaba".
El Director le preguntó: "por favor, dígame qué siente."
El joven dijo,
Número 1, Ahora sé lo que es la apreciación. Sin la abnegación de mi madre, no habría tenido hoy éxito.
Número 2, Al trabajar juntos y ayudar a mi madre, sólo ahora me doy cuenta de lo difícil y duro que es conseguir que se haga algo.
Número 3, He llegado a apreciar la importancia y el valor de la relación familiar.
El Director dijo: "Esto es lo que estoy buscando en mis gerentes.
Quiero contratar a una persona que aprecia la ayuda de los demás, una persona que conoce el sufrimiento de los demás para hacer las cosas, y una persona que no pondría el dinero como su única meta en la vida. Usted está contratado."
Con el paso del tiempo, este joven trabajó muy duro, y recibió el respeto de sus subordinados. Cada empleado trabajó con diligencia y en equipo. El desempeño de la empresa mejoró enormemente.
Y TÚ ¿CUÁNDO LE LIMPIASTE LAS MANOS O PIES A TU MAMÁ?
Pasó la primera entrevista, el director hace la última entrevista, y es quien toma la decisión final.
El director descubrió, a partir del análisis del Curriculum Vitae, que los logros académicos del joven fueron excelentes en todo momento, desde la escuela secundaria hasta la investigación de postgrado, nunca había tenido un año en el que no obtuvo excelentes calificaciones.
El director le preguntó: "¿Obtuviste alguna beca en la escuela?" el joven respondió "ninguna".
El director le preguntó: "¿Fue tu padre quien pagó los honorarios de tu escuela?" El joven respondió: "Mi padre falleció cuando tenía un año de edad, fue mi madre la que pagaba todo".
El director le preguntó: "¿Dónde trabaja su madre?" El joven respondió: "Mi madre trabajaba lavando y secando ropa. El director pidió al joven mostrar sus manos. El joven mostró un par de manos lisas y perfectas.
El director le preguntó: "¿Alguna vez ha ayudado a su madre a lavar la ropa antes?" El joven respondió: "No, mi madre siempre quiso que yo estudiara y leyera más libros. Además, mi madre puede lavar la ropa más rápido que yo".
El director dijo: "Tengo una petición. Al volver hoy, vaya y limpie las manos de su madre, y luego venga a verme mañana por la mañana".
El joven sintió que su oportunidad de conseguir el trabajo era muy alta. Cuando regresó, felizmente pidió a su madre para limpiarle las manos. Su madre se sentía extraña, feliz, pero con sentimientos encontrados,y mostró finalmente sus manos a su hijo.
El joven comenzó a limpiar las manos de su madre poco a poco. Sus lágrimas cayeron a medida en que lo hizo. Era la primera vez que se daba cuenta de que las manos de su madre estaban tan arrugadas, y con tan numerosas callosidades y contusiones. Algunos eran tan dolorosos que su madre se estremeció cuando los limpió con sólo agua.
Esta fue la primera vez que el joven se dio cuenta de que era este par de manos que lavan la ropa todos los días, lo que hacía posible pagar la cuota de la escuela y la universidad. Los moretones en las manos de su madre fueron el precio que pagó por su graduación, por su excelencia académica, y su futuro.
Después de terminar la limpieza de las manos de su madre, el joven lavó toda la ropa restante.
Esa noche, madre e hijo hablaron durante un tiempo muy largo.
A la mañana siguiente, el joven fue a la oficina del director.
El Director notado las lágrimas en los ojos del joven, le preguntó: "¿Puede usted decirme qué ha hecho y qué aprendió ayer en su casa".
El joven respondió: "Yo limpié las manos de mi madre, y también terminé de lavar toda la ropa que aun quedaba".
El Director le preguntó: "por favor, dígame qué siente."
El joven dijo,
Número 1, Ahora sé lo que es la apreciación. Sin la abnegación de mi madre, no habría tenido hoy éxito.
Número 2, Al trabajar juntos y ayudar a mi madre, sólo ahora me doy cuenta de lo difícil y duro que es conseguir que se haga algo.
Número 3, He llegado a apreciar la importancia y el valor de la relación familiar.
El Director dijo: "Esto es lo que estoy buscando en mis gerentes.
Quiero contratar a una persona que aprecia la ayuda de los demás, una persona que conoce el sufrimiento de los demás para hacer las cosas, y una persona que no pondría el dinero como su única meta en la vida. Usted está contratado."
Con el paso del tiempo, este joven trabajó muy duro, y recibió el respeto de sus subordinados. Cada empleado trabajó con diligencia y en equipo. El desempeño de la empresa mejoró enormemente.
Y TÚ ¿CUÁNDO LE LIMPIASTE LAS MANOS O PIES A TU MAMÁ?
sábado, 16 de marzo de 2013
DESPERTANDO
En el vientre de una mujer embarazada se encontraban dos bebés. Uno pregunta al otro:
-¿Tú crees en la vida después del parto?
- Claro que sí. Algo debe existir después del parto. Tal vez estemos
aquí porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde.
- ¡Tonterías! No hay vida después del parto. ¿Cómo sería esa vida?
- No lo sé pero seguramente... habrá más luz que aquí. Tal vez
caminemos con nuestros propios pies y nos alimentemos por la boca.
-
¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer por la boca? ¡Eso es
ridículo! El cordón umbilical es por donde nos alimentamos. Yo te digo
una cosa: la vida después del parto está excluida. El cordón umbilical
es demasiado corto.
- Pues yo creo que debe haber algo. Y tal vez sea sólo un poco distinto a lo que estamos acostumbrados a tener aquí.
- Pero nadie ha vuelto nunca del más allá, después del parto. El parto
es el final de la vida. Y a fin de cuentas, la vida no es más que una
angustiosa existencia en la oscuridad que no lleva a nada.
- Bueno, yo no sé exactamente cómo será después del parto, pero seguro que veremos a mamá y ella nos cuidará.
- ¿Mamá? ¿Tú crees en mamá? ¿Y dónde crees tú que está ella?
- ¿Dónde? ¡En todo nuestro alrededor! En ella y a través de ella es como vivimos. Sin ella todo este mundo no existiría.
- ¡Pues yo no me lo creo! Nunca he visto a mamá, por lo tanto, es lógico que no exista.
- Bueno, pero a veces, cuando estamos en silencio, tú puedes oírla
cantando o sentir cómo acaricia nuestro mundo. ¿Sabes?... Yo pienso que
hay una vida real que nos espera y que ahora solamente estamos
preparándonos para ella...
martes, 19 de febrero de 2013
3 Deseos
AL MORIR UN HOMBRE HIZO 3 PEDIDOS:
1) Que su ataud fuese cargado por los mejores medicos de la epoca.
2) Que los tesoros que tenia, fueran esparcidos por el camino hasta su tumba.
3) Que sus manos quedaran en el aire fuera del ataud a la vista de todos.
? Alguien asombrado le pregunto cuales eran sus razones?
El explico:
1) Quiero que los mas eminentes medicos carguen mi ataud, para demostrar que ellos NO tienen ante la muerte el poder de curar. 2) Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros, para que todos puedan ver que los bienes materiales aqui conquistados, aqui se quedan.
3) Quiero que mis manos queden descubiertas fuera del ataud, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacias, y con las manos vacias partimos, al morir nada material te llevas...
"EL TIEMPO" es el tesoro mas valioso que tenemos, podemos producir mas dinero, pero no mas tiempo...!
EL MEJOR REGALO que le puedes dar a alguien es TU TIEMPO
1) Que su ataud fuese cargado por los mejores medicos de la epoca.
2) Que los tesoros que tenia, fueran esparcidos por el camino hasta su tumba.
3) Que sus manos quedaran en el aire fuera del ataud a la vista de todos.
? Alguien asombrado le pregunto cuales eran sus razones?
El explico:
1) Quiero que los mas eminentes medicos carguen mi ataud, para demostrar que ellos NO tienen ante la muerte el poder de curar. 2) Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros, para que todos puedan ver que los bienes materiales aqui conquistados, aqui se quedan.
3) Quiero que mis manos queden descubiertas fuera del ataud, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacias, y con las manos vacias partimos, al morir nada material te llevas...
"EL TIEMPO" es el tesoro mas valioso que tenemos, podemos producir mas dinero, pero no mas tiempo...!
EL MEJOR REGALO que le puedes dar a alguien es TU TIEMPO
domingo, 6 de enero de 2013
Ese ángel se llama mamá
Cuenta una antigua leyenda que un niño antes de nacer le dijo a Dios:
– “Me dicen que me vas a enviar a la tierra, ¿cómo viviré tan pequeño e indefenso que soy?”
Dios le dijo:
-”Entre muchos Ángeles escogí uno para ti, que te está esperando, él te cuidará.”
-“Pero dime Dios, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz.”
-“Tú ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.”
-“Y ¿cómo entender, Dios lo que la gente me hable si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?”
Dios le contestó al niño:
-“Tú ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas
escuchar y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.”
-“Y ¿qué haré, Dios cuando quiera hablar contigo?”
-“Tú ángel te juntará las manitas y te enseñará a orar.”
-“He oído que en la tierra hay hombres malos ¿Quién me defenderá?”
-“Tú ángel te defenderá aún a costa de su propia vida”.
-“Pero estaré siempre triste, porque no te veré más Dios.”
-“Tú ángel te hablará de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia aunque yo siempre estaré contigo.”
En ese instante una gran paz reinaba en el cielo, ya se oían voces terrestres y el niño presuroso repetía suavemente.
-“Dios mío, Dios mío, si me voy dime su nombre, ¿cómo se llama mi ángel?”
Dios le contestó:
”Su nombre no importa….. Tú le dirás… Mamá”
sábado, 5 de enero de 2013
El bambú
No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.
También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas:
¡Crece, maldita seas!
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes:
Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable.
En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de solo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!
¿Tardó solo seis semanas en crecer?
No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas para desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno, y que éste requiere tiempo...
Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.
Es tarea difícil convencer al impaciente que solo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y coherente y saben esperar el momento adecuado.
De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.
Y esto puede ser extremadamente frustrante.
En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que -en tanto no bajemos los brazos-, ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
El triunfo no es mas que un proceso que lleva tiempo y dedicación.
Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.
Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.
Tiempo...
¡Cómo nos cuestan las esperas! ¡Qué poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos...!
Apuramos a nuestros hijos en su crecimiento, apuramos al chofer del taxi... nosotros mismos hacemos las cosas apurados, no se sabe bien por qué...
Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés...
¿Para qué?
Te propongo tratar de recuperar la perseverancia, la espera, la aceptación. Gobernar aquélla toxina llamada impaciencia, la misma que nos envenena el alma. Si no consigues lo que anhelas, no desesperes...
Quizás sólo estés echando raíces...
También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas:
¡Crece, maldita seas!
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes:
Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable.
En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de solo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!
¿Tardó solo seis semanas en crecer?
No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas para desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno, y que éste requiere tiempo...
Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.
Es tarea difícil convencer al impaciente que solo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y coherente y saben esperar el momento adecuado.
De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.
Y esto puede ser extremadamente frustrante.
En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que -en tanto no bajemos los brazos-, ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
El triunfo no es mas que un proceso que lleva tiempo y dedicación.
Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.
Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.
Tiempo...
¡Cómo nos cuestan las esperas! ¡Qué poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos...!
Apuramos a nuestros hijos en su crecimiento, apuramos al chofer del taxi... nosotros mismos hacemos las cosas apurados, no se sabe bien por qué...
Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés...
¿Para qué?
Te propongo tratar de recuperar la perseverancia, la espera, la aceptación. Gobernar aquélla toxina llamada impaciencia, la misma que nos envenena el alma. Si no consigues lo que anhelas, no desesperes...
Quizás sólo estés echando raíces...
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