Miguel Ruiz junto con su hijo José Ruiz, acaban de sacar el libro “El Quinto Acuerdo” y me gustaría compartir con ustedes algunos de los puntos que tratan, porque considero que son valiosos para incorporar en nuestras vidas. Si no tuvieron la oportunidad de leer el libro anterior “Los Cuatro Acuerdos” se los recomiendo (pueden leer un artículo que escribí para Adelante sobre el tema en mi perfil de Facebook, en el margen inferior izquierdo donde dice notas). En este nuevo libro los autores hace un resumen de los primeros cuatro acuerdos e introducen el quinto: “Se escéptico (incrédulo) pero aprende a escuchar”. Los autores sugieren que vivimos en un mundo basado en ilusiones, como si estuviéramos soñando. Lo que creemos que es “la realidad” es en verdad nuestra interpretación de ella. Utilizamos palabras para describirla pero las palabras no son las cosas. Sin embargo el significado que le damos a las palabras puede construir o destruir relaciones y determinar la calidad de nuestras vidas.
Hay una invitación a reflexionar y dar lugar a la “duda” en nuestras vidas. Duda en el sentido de preguntarnos por las cosas y no dar por sentado que son como nosotros creemos o como las creen los demás. Dudar del significado que le damos a las palabras que usan las otras personas. Dudar para estar presentes a otras posibilidades. Dan un ejemplo muy interesante de cómo sería nuestra vida si la vamos a ver como una película al cine. Si después, vemos la película sobre la vida de cada uno de nuestros seres queridos desde la perspectiva de cada uno de ellos, probablemente encontremos que los actores (familiares) tienen personalidades y comportamientos diferentes en cada película. Esto nos hace reflexionar sobre cómo nos ven los demás, cómo nosotros los vemos a ellos y la distancia que puede haber entre todas las interpretaciones. Como seres humanos, somos máquinas de asumir y de creer que nuestros pensamientos están completamente anclados en “los hechos”, y que somos “dueños de la verdad”.
Como resultado no nos damos la posibilidad de dudar de nuestras interpretaciones y creencias de cómo somos nosotros mismos, nuestros seres queridos, nuestro mundo y nuestro futuro. Vivimos condicionados por lo que consideramos que es posible y por ideas y creencias que delimitan nuestras vidas.
Los autores nos invitan a convivir con “la duda” y a la vez escuchar para poder entender el significado que le dan a las palabras las otras personas. Esto nos permite entenderlos y poder relacionarnos con ellos de una manera que traiga mayor satisfacción a nuestras vidas. Es muy interesante la explicación que dan sobre el lenguaje y la creación de símbolos para comunicarnos y como las palabras son solamente palabras, la descripción de las cosas y no la cosas, el mapa no el territorio. Al entender esta diferencia, podemos distinguir en el lenguaje de los otros la interpretación que ellos hacen de su realidad, el significado que le dan, y desde ahí, al entenderlos, podemos interrelacionarnos desde un lugar diferente.
Los autores proponen que al escuchar a los demás, si prestamos atención al significado que le damos a lo que nos dicen, podemos lograr un nivel de conexión mucho mayor. Nosotros somos responsables por la interpretación que le damos a lo que nos dicen los demás. Esta idea es muy poderosa porque nos recuerda que tenemos la libertad de interpretar lo que sucede a nuestro alrededor de diferentes maneas al dar nuevos significado a las palabras. Como resultado podemos vivir de una manera poderosa y apasionada en vez de ser víctimas de las interpretaciones que hacemos de lo que los otros nos dicen. Como “artistas” podemos crear nuevos significados y jugar con las palabras de muchas maneras. No solo en cómo elegimos comunicarnos con los demás sino también con nosotros mismos. Los invito a leer el libro y a estar presentes en sus vidas al poder del lenguaje y a nuestra capacidad de usar las palabras para crear realidades que sean poderosas y enriquecedoras.
Como resultado no nos damos la posibilidad de dudar de nuestras interpretaciones y creencias de cómo somos nosotros mismos, nuestros seres queridos, nuestro mundo y nuestro futuro. Vivimos condicionados por lo que consideramos que es posible y por ideas y creencias que delimitan nuestras vidas.
Los autores nos invitan a convivir con “la duda” y a la vez escuchar para poder entender el significado que le dan a las palabras las otras personas. Esto nos permite entenderlos y poder relacionarnos con ellos de una manera que traiga mayor satisfacción a nuestras vidas. Es muy interesante la explicación que dan sobre el lenguaje y la creación de símbolos para comunicarnos y como las palabras son solamente palabras, la descripción de las cosas y no la cosas, el mapa no el territorio. Al entender esta diferencia, podemos distinguir en el lenguaje de los otros la interpretación que ellos hacen de su realidad, el significado que le dan, y desde ahí, al entenderlos, podemos interrelacionarnos desde un lugar diferente.
Los autores proponen que al escuchar a los demás, si prestamos atención al significado que le damos a lo que nos dicen, podemos lograr un nivel de conexión mucho mayor. Nosotros somos responsables por la interpretación que le damos a lo que nos dicen los demás. Esta idea es muy poderosa porque nos recuerda que tenemos la libertad de interpretar lo que sucede a nuestro alrededor de diferentes maneas al dar nuevos significado a las palabras. Como resultado podemos vivir de una manera poderosa y apasionada en vez de ser víctimas de las interpretaciones que hacemos de lo que los otros nos dicen. Como “artistas” podemos crear nuevos significados y jugar con las palabras de muchas maneras. No solo en cómo elegimos comunicarnos con los demás sino también con nosotros mismos. Los invito a leer el libro y a estar presentes en sus vidas al poder del lenguaje y a nuestra capacidad de usar las palabras para crear realidades que sean poderosas y enriquecedoras.
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